¿Qué vale en vos lo que pensas? ¿Qué vale para otro lo que pensas? Si es acorde con el otro, lo va a valorar más? O si va en contra, ¿se puede cambiar?.

No se si es cambiar, enfrentar, hacer las cosas diferentes. Ahora puedo decir que estoy un poco estructurada, bah que SOY estructurada. No sé que postura tomar, no sé que puede ser mejor. Si prometerme algo, y después desilusionarme a mi misma porque no lo pude cumplir, o tratar, esta vez, para variar, y ver qué impacto tiene.

Sé que me da bronca la situación. Me doy cuenta cuando estoy acostada en mi cama, tapada hasta el tope, repitiéndome a mi misma que las cosas no tienen porque ser así, que soy dueña de mis decisiones y de mis acciones y de lo que se antoje el tuje hacer. Tanta es la bronca que tengo en ese momento que lloro hasta poder dormirme. Sé que cuando me despierte voy a estar mejor, más calmada y que la locura de ese momento ya pasó. En ese momento me siento "bien", miro atrás y veo a todo como una boludes, una exageración. Hasta que después, de nuevo, se comienzan a acumular las cosas, los detalles que me hacen ver que NO era una boludes, y que la boluda era yo por dejarlo pasar una y otra vez.

Es que a veces no me siento con la fuerza suficiente. Lamentablemente, no soy de las personas que van al frente seguido, soy de las que se las pasan quejando por atrás, y hacen muy poco para cambiarlo. Supongo que así fueron como se "solucionaron" ciertas cosas: sólo dejé que el tiempo pase, y que este cambie las cosas. Igual eso siempre pasa, el tiempo cambia todo. Pero hay que esperarlo, y mientras te la bancas, como puedas. Algunos momentos mas turbulentos, y otros tranqui.

Así veo las cosas, así las pienso, esa es mi postura. Sé (lo se) que están mal, pero son como me convencen. Sé que lo tengo que cambiar (creo que no hay momento del día que no me lo repita, ni me lo recuerde), pero todavía me faltan las agallas (que palabra heavy). Con solo pensar en el momento del cambio (por así decirlo), o en el momento que de el primer paso (esa me gustó más), se ponen los nervios de punta y siento que se me va el aire. Pánico. Y así le sigo agregando nervios a la situación. No lo puedo evitar, soy una boluda.

En fin, se verá. No me puedo prometer nada.